Sugerencia de la biblioteca
Laura Gomara: “Vienen mal dadas”.- Barcelona: Roca, 2017.- 304p.
La autora, Laura Gomara (Barcelona.
Licenciada en filología clásica, profesora de escritura, y productora
editorial) escribe por primera vez una novela y se decide por el género negro.
El resultado es una obra muy entretenida, que merece la pena leerla. Es su
ópera prima y sin embargo no lo parece puesto que la historia está muy cuidada.
Cuenta la vida de Ruth Santana, una joven
desahuciada que se busca la vida como puede. Es una víctima de la precariedad
laboral que le impide saldar sus deudas bancarias, y debe recurrir incluso a buscar comida en los
contenedores. Su existencia da un giro
brusco al conocer a Hugo Correa, que le propone reventar cajeros y así alcanzar
su libertad económica (por lo menos) .
Aquí se fundamenta la clave principal y el principal valor de este
libro: la caracterización de estos dos personajes principales marcan la
historia y la hacen muy interesante.
La autora ha elegido el género negro para
plasmar su trama, (quizá lo menos destacado) pero aunque ha cuidado hasta el último
detalle, no se ha ceñido estrictamente a este género. No aparecen arquetipos.
Ni los policías ni los ladrones se acomodan exactamente al modelo habitual.
La narración también es muy cuidada. Es un
novela bien documentada, y tanto el lenguaje utilizado como los detalles más
elementales están bien narrados. El
recurso más empleado es el diálogo pero
también destaca por sus descripciones
que recrean perfectamente los ambientes.
Un elemento más es el escenario donde se
desarrolla la historia. La sitúa en
Barcelona, entre 2014 y 2015 (plena crisis económica). Una ciudad muy real con
sus indigentes, prostitutas, radicales y turismo ilegal. La autora aprovecha
para hacer crítica social y lo muestra en escenas de desahucios, daciones en
pago, precariedad laboral, violencia de género, recortes de sanidad y
corrupción política. Es una novela negra
que plasma la inseguridad del entorno y el día a día como único futuro. El
final además se espera con codicia.
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