Sugerencia de la biblioteca

Joel Dicker: “La desaparición de Stephanie Mailer”.- Madrid: Alfaguara, 2018. - 656p.

     El autor (Ginebra, 1985) se dio a conocer por su novela, también del género negro, “La verdad sobre el caso de Harry Quebert”, traducida a 33 idiomas y premiada por la Academia Francesa de las Letras. Hasta el momento presente lleva publicadas cuatro novelas. La última es la que a continuación reseñamos. Como anécdota cabe mencionar que un relato titulado “El tigre” que presentó a un concurso literario en su juventud, no fue premiado porque el jurado creyó que estaba plagiado, ya que estaba demasiado bien escrito para la edad que tenía.

     Este libro se enmarca en el género de la novela negra, un género muchas veces desprestigiado por algunos sectores de la crítica literaria pero que resulta muy interesante cuando la intriga y los personajes tienen calidad. Esta novela es un ejemplo de ello. Confirma a su autor como un excelente creador de historias, con unos personajes cargados de matices.

     La trama la sitúa en una pequeña ciudad costera llamada Orphea donde se produce un crimen en el año 1994: una joven librera es asesinada cuando corría por un parque por ser (seguramente) testigo de un triple crimen. Dos jóvenes policías investigarán y resolverán el caso identificando al presunto culpable. La historia no finaliza aquí. Veinte años después la periodista que investiga este crimen es asesinada y ello supone la apertura del caso. Se trata de una trama compleja pero no enrevesada.

     La principal virtud de esta historia es el suspense que sabe crear el autor construido a base de tramas que asombran al lector. A pesar del grosor del volumen (más de 600 páginas) su lectura es rápida, se puede realizar a gran velocidad y nunca sobreviene el aburrimiento. La narración se sostiene con una serie de piezas que encajan a la perfección. Como segundo valor de esta novela surgen los personajes, muy creíbles y llenos de matices: con sus ilusiones, sus deseos, sus miedos y fracasos… Jesse, Decker o Anna son el ejemplo que lo confirma.

     Concluyendo: novela brillante y entretenida, llena de ingenio. Sin utilizar una prosa formal y sin trabajar mucho el estilo esta obra llega a atrapar al lector con sus complejas y sorprendentes tramas. Un placer su lectura.

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