Valoración de la XXIII Feria del Libro

       
  La vigésimo tercera feria del libro de Andorra suponía un punto y seguido en el desarrollo de este evento. El estancamiento que se había producido en las últimas ediciones tanto en ambiente como en ventas era necesario intentar superarlo. Para ello se tomaron algunas decisiones que creemos han supuesto un mejoramiento de sus servicios. Entre estas decisiones estuvo la creación de una Comisión del Libro que programó las actividades socio-culturales y coordinó la organización de la Feria, con ello se ganó en efectividad y en calidad. 
Con todo lo dicho queda claro que el balance de esta feria ha sido muy positivo y ha servido de revulsivo para futuras ediciones. Las mejoras introducidas han surtido efecto si bien también hemos detectado varios errores que intentaremos subsanar para el año que viene.
           Lo más destacado de esta edición ha sido la instalación en un espacio de la feria de un escenario donde se han desarrollado un buen número de actividades. Ha contribuido de forma notoria a incrementar el número de asistentes y ha dado un ambiente muy bonito al entorno de la Feria. Los conciertos de música, la magia, el teatro y el recital poético han sido actividades muy bien recibidas por el público. El único lunar se produjo el primer día por culpa del tiempo que hizo trasladar los cuentacuentos programados al espacio escénico de la Casa de Cultura.
           
Otro aspecto a destacar ha sido la disposición de las casetas de los libreros. En esta ocasión se ha dedicado un espacio menor que otros años (sólo una parte de la avenida peatonal) pero las casetas se han alineado todas juntas (sin grandes separaciones como en años atrás) con lo que el acceso a los libros era más rápido y mejoraba la estética de la Feria.
           En cuanto al horario, su ampliación hasta las 9 de la noche y su apertura el sábado por la mañana ha supuesto también un elemento más que ha contribuido a mejorar. Han sido precisamente en estos horarios cuando quizá más gente ha visitado la Feria.
         Para finalizar los libreros han mejorado sus ventas, lo que se ha traducido en una mejor valoración por su parte , superior a otros años.
         El balance final es de mucha satisfacción por el trabajo realizado desde la organización, aunque haya supuesto un mayor esfuerzo y dedicación pero que ha tenido su recompensa. No olvidamos los errores cometidos que esperamos acometer y evitar el año próximo; entre ellos: tratar de incorporar al último librero que falta de Andorra para convertirla en una Feria Local del Libro, programar actos en el escenario para público infantil el viernes por la tarde y el sábado por la mañana, y una tarea pendiente sigue siendo reformar las casetas con mayor profundidad ( suelo, pintura, remachar el chapado,etc.) aunque para ello necesitamos más colaboración y presupuesto. Queda pendiente también reformar el rincón de la lectura haciéndolo más acogedor y dar nuevo aspecto estético al espacio de la feria con nuevas pancartas.
        Los objetivos que nos trazamos se han visto cumplidos: en primero lugar hemos dado el protagonismo al libro durante estos días y por otro un carácter local convirtiéndola  en una feria modesta y sencilla pero adecuada a nuestra población.
        Más imágenes de la feria:




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